Majestuoso y robusto, situado en el lugar que algún día se supuso fin del mundo, se levanta el Faro de Finisterre, que seguramente ha sido gran guía y luz para muchos marineros que surcaron los temidos y peligrosos mares que bañan la comarca de Fisterra.
El edificio actual data de 1868 y es el segundo más visitado de Galicia, después de la Catedral de Santiago, compartiendo además protagonismos en El Camino de Santiago por ser este punto fin de la prolongación jacobea desde tiempos medievales.